El incidente se produjo en Alfonso Molina, donde paró a este vecino de Oleiros. Condenan al agente a indemnizarlo con 300 euros
Anton S. Rodriguez
Fue una de esas situaciones en las que la Guardia Civil se topa con personas desinhibidas por el alcohol a las tantas de la madrugada y a veces se descontrolan. Este episodio se remonta a cuatro años atrás, pero la Audiencia Provincial acaba de pronunciarse. Dos agentes de la Guardia Civil habían dispuesto un control de alcoholemia en la avenida de Alfonso Molina un día de febrero del 2020, y a las tres de la madrugada dieron el alto a una conductora que, al someterse a las pruebas, arrojó un resultado positivo
Entonces los agentes invitaron al copiloto a comprobar su grado de alcohol para ver si podía hacerse cargo de la conducción del vehículo. Pero el hombre elevó la cifra del medidor a 0,75 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. De este modo, el coche quedaba inmovilizado
Entonces comenzó el conflicto. El agente que comenzó a redactar al boletín de la denuncia fumaba un cigarro al aire libre, pero el copiloto del vehículo, vecino de Oleiros, comenzó a recriminarle que fumase «en su puesto de trabajo». El tono se fue elevando cuando el guardia civil invitó a la mujer a firmar la denuncia. El varón, que era entonces su pareja, le dijo que se negara a firmar, que exigiera el número de placa al agente, un comentario que
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