A regañadientes y forzado por la Justicia por el caso de los Cobos, el ministro asciende a tres generales. Caos de nuevo en el Instituto Armado tras el inesperado cese de su número dos.
Fernando Grande Marlaska ha comenzado su nueva etapa al frente del Ministerio del Interior como terminó la anterior: envuelto en el caos. En apenas tres días, ha encadenado un varapalo de la Fiscalía del Tribunal Supremo por la ilegalidad de su repatriación de menores en Ceuta, ha purgado al número dos de la Guardia Civil -al que él mismo elogio como ideal para el cargo-, y se ha visto obligado a autoenmendarse como consecuencia de su derrota judicial en el caso de los Cobos.
La nueva mudanza en la cúpula de la Benemérita ha llenado de perplejidad la sede central del Instituto Armado tras la decisión de su director general, Leonardo Marcos, -el cuarto de Marlaska-de fulminar al teniente general Pablo Salas como Director Adjunto Operativo (DAO) y sustituirlo por el hasta ahora responsable del Mando de Personal, el teniente general Manuel Llamas.
Marlaska situó a Pablo Salas al frente de la Guardia Civil en mayo de 2020, en plena pandemia. Entonces ocupaba la Jefatura de Información. Y el ministro defendió en rueda de prensa tras un Consejo de Ministros que Salas tenía una "reconocida trayectoria en muchos frentes" dentro de la Guardia Civil, especialmente relevantes en lo que se refiere a la lucha antiterrorista y el fin de ETA, con "hitos muy importantes" como la detención en Francia del etarra José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera.
El nombramiento del teniente general Pablo Salas coincidió con otro momento de caos y crisis interna por el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos -luego repuesto en la Comandancia de Madrid obligado Marlaska por sente
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https://www.esdiario.com/espana/535301748/marlaska-guardiacivil-generales.html
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