Los casos de corrupción en la benemérita han sido protagonizados por altos mandos, a los que no se limita su autonomía.
• No se mejora la transparencia ni existe una rendición de cuentas, principales causas de las conductas reprobables.
• No se alude a la microcorrupción, como las comisiones de servicio por tiempo indefinido o los destinos de libre designación, decisiones sobre las que no hay control interno alguno.
La Guardia Civil ha dado a conocer en el Pleno del Consejo de Personal un plan para mejorar la gobernanza dentro de la Institución, acogido con bastante escepticismo por las asociaciones profesionales. La sesión del Consejo fue presidida por la Nueva directora general Mercedes Gonzalez.
Esta puesta en escena había sido planificada por María Gámez antes de su dimisión como directora general acorralada por los casos de corrupción dentro del Cuerpo y los de su entorno personal. La forma en que se produjo su salida, escoltada por cuatro tenientes generales, dañó notablemente la imagen social del Cuerpo y ha sido duramente criticada en el ámbito interno y así se ha puesto de manifiesto en el Pleno por varias asociaciones profesionales. La foto de Maria Gámez con cuatro tenientes generales detrás, pasara a la historia como una de las imágenes más vergonzosas de la Institución.
Para mejorar la gobernanza y atajar las conductas éticamente reprobables, la Guardia Civil se basa en el código de conducta y de la adaptación a la Guardia Civil a las disposiciones de la Ley 2/2023 reguladora de la protección de las personas que informen sobre infracciones normativas, creando un observatorio de conducta ética incardinado dentro de la estructura jerárquica del Cuerpo, para lo que se creara una nueva dotación de Coronel, y en la implementación de un sistema interno de información en el plazo de 3 meses.
Sin embargo, los casos de corrupción en el Cuerpo como el denominado caso cuarteles, que han generado una grave crisis interna en la Benemérita, han surgido entre los altos mandos del Cuerpo, concretamente generales. Que el observatorio de conducta ética se incardine dentro de la estructura jerárquica del Cuerpo, donde impera el corporativismo, lo hará inoperante.
Por eso, la asociación de mandos intermedios cree que en este plan no se abordan las principales casusas que favorecen la corrupción, como la falta de transparencia y la inexistencia de un sistema de rendición de cuentas, es decir, que se asuman las responsabilidades por las acciones, decisiones, comportamientos y desempeño profesional que se aparten de los valores que defiende la Institución. La Guardia Civil debe cumplir no sólo con la letra de la Ley sino también con el espíritu que la anima dentro de nuestros valores como Institución. Además, la alta autonomía de la que gozan determinados mandos, la jerarquía y el corporativismo, impiden el control de conductas impropias. Y seguirá siendo así, ya que el observatorio se incardina dentro de la estructura jerárquica, sometida a la disciplina.
ASESGC ha puesto el foco igualmente en las conductas de microcurrupción que afecta a determinadas decisiones de orden interno como las comisiones de servicio, los destinos de libre designación, la técnica de elaboración normativa y las condecoraciones, entre otras muchas cuestiones que se deciden de forma cotidiana por altos mandos del Cuerpo de forma poco transparente o con falta de motivación suficiente.
ASESGC ha pedido a la nueva directora general que defienda públicamente a la Guardia Civil ante los casos de corrupción dado que la existencia de manzanas podridas no puede contaminar al resto. Además, esta asociación ha puesto de manifiesto el daño que se produce a la imagen de la Guardia Civil cuando no se deslinda la dependencia del Ministerio del Interior de los intereses políticos, como muestra la imagen de la dimisión de la directora general acorralada por la corrupción escoltada por 4 tenientes generales.
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