La formación de Santiago Abascal pide "disculpas" y matiza que su objetivo no era echar a los guardias civiles de esta localidad
La polémica parece haberse instalado de forma permanente en la Guardia Civil. Este mismo martes el Tribunal Supremo daba un varapalo al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al considerar nulo el cese del coronel Diego Pérez de los Cobos. Una noticia que se esperaba y que podría haber sido una de las causas internas que motivaron la también controvertida dimisión de la directora del Instituto Armado, María Gámez. Dos asuntos espinosos a los que hay que sumar la obsesión del Ejecutivo de Pedro Sánchez por echar a la Benemérita de aquellos lugares donde siempre han desarrollado su trabajo.
El pasado 16 de marzo, Grande-Marlaska anunciaba a bombo y platillo que la Policía Nacional asumirá la "competencia íntegra" de seguridad ciudadana en el municipio almeriense de Roquetas de Mar, una función que desarrollaban hasta ahora los guardias civiles. Apenas una semana antes, el Ejecutivo sellaba la expulsión de la Guardia Civil de Tráfico de Navarra. La presidenta foral, María Chivite, confirmaba la cesión a EH Bildu y se comprometía a ejecutar la transferencia a la Policía Foral el 1 de julio. Una medida de la que no fueron informados los agentes, que se enteraron por los medios de comunicación.
Por no hablar de la maniobra del Gobierno para desviar la atención sobre el caso del "Tito Berni" y centrar el foco sólo en la Guardia Civil, las desigualdades salariales respecto a otras Policías del Estado, la falta de medios humanos y materiales, así como el abandono total y absoluto de los máximos responsables del Instituto Armado. Tal es la crisis insti
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