La familia cree que Diego podría haber sido reducido en plena calle de Manzanares, un pueblo de la sierra de Madrid, sin realizar disparos porque solo portaba dos pequeñas navajas frente a una docena de agentes
En su delirio, Diego pensaba que la policía le iba a matar. La madrugada del 27 de septiembre de 2020, esos confusos temores se hicieron realidad. Diagnosticado con un trastorno psiquiátrico, el joven de 26 años falleció en Manzanares el Real, en la sierra de Madrid, por los dos disparos que recibió de uno de los 12 guardias civiles que acudieron a sofocar de madrugada el estado de alteración en el que se encontraba. Diego blandía una navaja multiusos y otra de extensión similar en plena calle. El agente que alcanzó al chico se sentará en el banquillo acusado de un delito de homicidio imprudente.
La familia de Diego cree que un número tan elevado de agentes podían haberle reducido sin necesidad de disparar contra él. Sus padres ejercen la acusación particular y piden cuatro años de cárcel para el guardia que disparó. El acusado alega que Diego se abalanzó contra él sosteniendo los cuchillos en ambas manos, pero los análisis de Criminalística ofrecen conclusiones provisionales que ponen en cuestión la versión de los agentes. La “navaja multifunción” tenía una hoja de seis centíMETROS,el segundo cuchillo medía seis centímetros y medio.
El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Colmenar Viejo, Gonzalo Martín Vázquez, archivó la causa en dos ocasiones por considerar que estaba acreditado que los agentes hicieron un uso proporcional de la fuerza. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Madrid le ha obligado a reabrir el caso en dos ocasiones. En la última, la Sección 30ª ha ordenado al instructor que envíe a juicio al guardia civil, tal y como le pedían la acusación particular y la Fiscalía.
En un auto del pasado siete de noviembre, los integrantes de l
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