La Guardia Civil no atraviesa una buena racha en cuanto a material se refiere: las pistolas low cost israelíes Ramon salieron defectuosas, se encasquillaban y tuvieron que ser devueltas, los 380 coches eléctricos adquiridos por el Ministerio del Interior para perseguir criminales están parados por falta de cargadores…
y ha tenido problemas también en el proceso de compra de 3.500 nuevos fusiles de asalto para los agentes.
Un concurso al que se han presentado 8 fabricantes y en el que sólo dos de ellos no han sacado un suspenso en las pruebas técnicas.
Entre los modelos que fueron descartados está el G36 de la alemana Heckler & Koch, el mismo que utiliza la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas o algunas unidades de la Guardia Civil.
Y el motivo es preocupante: en las pruebas de laboratorio se han encontrado dos defectos, y uno de ellos es considerado «crítico».
El concurso para el «suministro de un mínimo de 3.500 fusiles de asalto calibre 5,56 x 45 mm para dotar a personal de diversas Unidades de la Guardia Civil», por valor de 4,9 millones de euros, se inició en agosto de 2021. Pero no se formalizó hasta el pasado verano, con la firma con la israelí EMTAN -la misma que fabrica la defectuosa Ramon- la compra del fusil SCAR.
Sin embargo, el proceso fue un tanto tortuoso para los técnicos del Servicio de Armamento y Equipamiento Policial de la Guardia Civil. Y sobre todo, reveló un detalle que no pasó desapercibido para otras fuerzas policiales y para el Ejército español. En tot
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