Es la segunda ocasión en una semana que los guardias civiles se ven obligados a recurrir a los medios de comunicación para llamar la atención sobre las penosas condiciones en las que trabajan ante el abandono del Ministerio del Interior y la Dirección General del cuerpo que ostenta María Gámez.
En esta ocasión, una patrulla de agentes, una rueda pinchada, una llave rota y un cuartel vacío engrosan un relato berlangiano que abochorna a todo el país mientras su presidente despilafarra en Super Puma y Falcon sin mirar un euro.
La peripecia de esos dos agentes que se quedaron literalmente tirados mientras ejercían como única patrulla de seguridad ciudadana en Málaga deja en muy mal lugar al ministro Fernando Grande Marlaska. Las imagenes denunciadas por la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) no pueden ser más elocuentes:
"Precariedad, improvisación y falta de medios. Damos pena" claman los agentes:
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