La Sala de lo Militar cree que no se ha respetado la presunción de inocencia y que «no puede concluirse» que los mensajes los hubiese redactado el agente
Fachada del cuartel de la Guardia Civil de Nájera, desde donde surgió la denuncia que ahora ha cerrado el Supremo. EDUARDO GARCÍA
Por Victor Soto
Unos mensajes críticos en la red social Twitter habían revolucionado el día a día del cuartel de la Guardia Civil de Nájera. Y todos los indicios apuntaban a un agente. Tan claro tenían los instructores que él era el culpable que en diciembre de 2023 se le impuso la sanción de pérdida de destino «con la consiguiente imposibilidad de solicitar otro en la Compañía y separación de servicio» por la comisión de una falta de «conductas gravemente contrarias a la dignidad de la Guardia Civil
Sin embargo, la Sala de lo Militar ha dado un vuelco a esa decisión. Indicios, todos. Pruebas, pocas o, al menos, insuficientes para quebrar la presunción de inocencia del agente, cuyo recurso ha sido atendido y que, año y medio después, ve cómo los jueces anulan y dejan sin efecto la falta disciplinaria y la sanción impuesta
Fue a finales de 2022 cuando un oficial comenzó a recopilar tuits de una cuenta anónima y elevó un parte disciplinario ya apuntando a la autoría del acusado. En el primero, fechado el 1 de octubre de 2022, un mensaje explicaba que «el problema de vivir en pabellón es tener de vecino de arriba a tu comandante de puesto y encima que sea ruidoso». Semanas más tarde llegarían otros hablando de «un cabo que mete mierda a nuestro sargento», otro en el que se calificaba a un sargento como «lo más jeta que te puedas echar en cara, que vive de mentiras martirizando a los guardias por una estadística en busca de una medalla que no ha conseguido en 18 años» o uno más en el que se citaba que «en plena oleada de robos en Nájera» existía «personal de baja a consecuencia del acoso laboral realizado por su sargento». No fueron los únicos mensajes lanzados por esa cuenta anónima de Twitter. En otro se hablaba de «caciquismo en la Guardia Civil» cuando le rebajaron la valoración laboral (el denominado Ipeguci) o uno más en el que se denunciaba un problema de arquetas en el cuartel no solucionado. «O lo pago yo o lo declaran inhabitable. Eso sí, para gastar 50.000 euros en arre
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