Luis Martín Velasco toma posesión de su cargo prometiendo “esfuerzo, compromiso, lealtad, honestidad y honradez para estar siempre a la altura de lo que merecen los guardias civiles” de la Comandancia de Cádiz
El coronel Luis Martín tomó este viernes posesión como nuevo jefe de la Comandancia de Cádiz de la Guardia Civil. Lo hizo con un discurso cargado de emotividad, muy personal, escrito con las entrañas del niño que creció tomando como ejemplo a los dos Laureano de su vida, su padre y su hermano mayor. Ambos le precedieron en la siempre complicada tarea de mandar una comandancia benemérita. Más aún si esta se encuentra en el sur del Sur, en un mar de aguas turbulentas para la que no valen marineros cobardes. Luis recordó su infancia en dos cuartos junto a sus cuatro hermanos, cuando la austeridad no le impidió ser feliz, “porque nadie es más feliz que quien no necesita más que lo que tiene”, y casi se le quebró la voz al hablar de su hija Pilar y de su mujer Eva, su compañera de singladura. “Te acompañaré donde Dios, el destino y la Guardia Civil quieran llevarte”. Tras esa frase bien podría haber sonado un olé cañí, por más que Luis no tenga acento del barrio de Santa María, pero los presentes se contentaron con romper en un cerrado aplauso. No era para menos.
Pesa sobre la Guardia Civil gaditana un hálito de tristeza indisimulable. Ni siquiera la celebración de la llegada al mando de un nuevo coronel, estando arropado por quienes le antecedieron en el cargo, el coronel Jesús Núñez o el general Alfonso Rodríguez Castillo, por el propio director general del cuerpo, Leonardo Marcos, o por centenares de amigos y compañeros, es capaz de encubrirlo. Dos de los suyos murieron en Barbate asesinados vilmente mientras cum
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