Pese a que se los prometieron hace más de un año, los cuarteles de la Guardia Civil y las comisarías de Policía siguen sin cargadores para sus coches eléctricos, lo que les obliga a realizar estas chapuzas
En los últimos dos años el ministerio del Interior ha renovado buena parte del parque móvil de las fuerzas de seguridad, vehículos patrulla de última generación que han sido financiados en gran parte por los fondos europeos Next Generation.
Tal y como han denunciado en numerosas ocasiones entidades policiales como la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) y más recientemente la Confederación Española de Policías (CEP), los coches nuevos, en su gran mayoría electrificados, no les sirven para su trabajo.
No tienen donde cargarlos
Se trata de una renovación, normalmente bajo formato de renting, que ha afectado a miles de coches patrulla que resultan inservibles por una sencilla razón: los vehículos son eléctricos y los agentes no tienen dónde cargarlos.
La mayor parte de las flotas han sido de vehículos completamente eléctricos e híbridos enchufables, un disparate si tenemos en cuenta que los planes de electrificación de los cuarteles de la Guardia Civil y de las Comisarías de la Policía Nacional son inexistentes.
Un disparate
Se trata de vehículos excelentes en calidad y funcionamiento pero que no sirven para labores de patrulla por motivos obvios. En el caso de los vehículos 100 % eléctricos, la baja autonomía en persecución les obliga a estar más tiempo cargando que en funcionamiento, mientras que los
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