El gesto de la viuda de David Pérez Carracedo, uno de los dos guardias civiles que murió el viernes al ser arrollado por unos narcotraficantes que conducían una lancha en Barbate (Cádiz), negándose a que el ministro del Interior impusiera a su féretro la Cruz de Oro de la Orden del Mérito, se ha convertido en el símbolo de la indignación de la Benemérita por lo sucedido.
«Parece que volvemos a mediados de los años 70, cuando los guardias no teníamos ni seguridad social y eran nuestras mujeres quienes protestaban por nosotros porque a ellas no se les podía aplicar el régimen disciplinario», recuerda José Cobo, portavoz de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) en conversación con ABC.
La viuda de Pérez Carracedo, con quien tenía dos hijos, igual que la de Miguel Ángel Gómez, quien también tenía una hija, recibirán una pensión de viudedad equivalente al salario íntegro de los muertos en acto de servicio, aunqu
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