Los acusados confeccionaron un atestado firmado por ellos mismos con el fin de eximirse cada uno de ellos de las respectivas responsabilidades.
La Fiscalía de Madrid solicita penas de hasta diez años de prisión para cinco agentes de la Guardia Civil acusados de golpear y detener en diciembre de 2019 a una persona sin ninguna causa legal, así como falsificar el atestado a fin de eximirse de sus respectivas responsabilidades.
El juicio se celebrará el próximo lunes en la Audiencia Provincial de Madrid. El representante del Ministerio Público les imputa un delito contra la integridad moral, detención ilegal y falsedad en documento oficial.
El escrito de la Fiscalía refleja que sobre las 12.55 horas del 1 de diciembre de 2019 los agentes recibieron un aviso donde se les comunicaba que en una determinada zona de Majadahonda se encontraban dos jóvenes ebrios causando molestias a los conductores.
En el aviso se alertaba de desórdenes en la vía pública por parte de la pareja, "en concreto a los vehículos que se encontraban circulando en las mismas, deteniendo los vehículos y golpeándolos con una botella de cristal, increpando e insultando a los conductores así como al resto de viandantes".
Cuando los acusados llegaron al lugar de los hechos se encontraron con dos agentes de la Policía Local de Majadahonda quienes levantaron el acta/denuncia contra los dos jóvenes identificados como P. J. M. L. y R.S. V. y advirtieron a los guardia civiles de que las personas identificadas estaban "alteradas", si bien ya no se encontraban en el lugar de los hechos, pues lo habían abandonado tras la denuncia administrativa.
A continuación, los agentes de la Guardia Civil regresaron a sus funciones de servicio de prevención y poco después, "e ignorándose exactamente las razones", acudieron a una gasolinera situada en las inmediaciones donde se habían producido los hechos. Allí, se encontraron a los dos jóvenes quienes fueron conducidos a la zona exterior del lavadero de la gasolinera.
Pese a que ambos estaban arrinconados en una pared hablando con los agentes de la Guardia Civil, "de repente, sorpresiva y arbitrariamente, sin mediar previamente ninguna clase de comportamiento agresivo por parte de P. M. L.", este último comenzó a ser golpeado, con los puños cerrados, "reiterada e innecesariamente", por los acusados, los hermanos M. A. S. E. y L. M. S. E. quienes le derribaron. Tras caer el suelo continuaron con los golpes incluso cuando ya estaba inmovilizado.
"Durante el trance de la agresión, no se revel
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