Actualmente los 2.200 comandantes de puesto realizan de media 37 horas semanales de actividad, sin que les computen la totalidad del tiempo dedicado a la atención de incidencias en sus descansos diarios.
• ASESGC ha solicitado un aumento significativo de sargentos primeros, brigadas y subtenientes para el próximo ciclo de plantillas que comienza en 2025 como paso previo a regular el suboficial de servicio, mientras tanto la idea debe quedar aparcada.
La sobrecarga de trabajo que subyace a esa cifra, que se ha conocido en el grupo de trabajo de compañías y puestos, se verá notablemente aumentada con la entrada en vigor de la nueva orden general de organización y funcionamiento de estas unidades.
En efecto, a los cometidos habituales que realizan los jefes de estas pequeñas unidades territoriales de seguridad ciudadana, se suman los nuevos cometidos de coordinación en el marco de los servicios que se le ordenarán desde la compañía y que establece de forma novedosa el controvertido artículo 14.3 de la norma.
Con este nuevo artículo se da carta de naturaleza y se generaliza el conocido como "suboficial de servicio", en realidad un coordinador de incidencias para tranquilidad de los oficiales de la compañía que además supone una patrulla más de servicio. Un chollo a coste cero.
El truco está en que el tiempo dedicado a realizar estos nuevos cometidos y funciones en la compañía territorial no se resta de las tareas que debe atender diariamente el comandante de puesto, incluso cuando se encuentra de descanso. No debe olvidarse que el comandante de puesto debe ser ejemplo de disponibilidad permanente para el servicio, tal y como indican las normas que lo regulan. Estas normas restringen su derecho al descanso en mayor medida que al resto de guardias civiles encuadrados en el régimen general.
Si realizando solo sus cometidos actuales los jefes de estas unidades superan con creces las 33 horas de actividad semanales que tienen estipuladas por orden general, con los nuevos cometidos su jornada, lógicamente, aumentara en la misma proporción.
Por otra parte, el tiempo dedicado a la atención de incidencias, requerimientos, novedades y consultas relacionadas con el servicio o el personal de la unidad, fuera de su horario de trabajo, a través de los medios telemáticos como el correo electrónico, WhatsApp y aplicaciones oficiales de mensajería como Imbox, es tiempo de trabajo que no se computa en su totalidad a los jefes de unidad. A nadie se le escapa que estos requerimientos son cada vez más habituales a medida que crece la conectividad.
Un santo con dos vestidos
La Direccion General del Cuerpo cree de vital importancia establecer estos nuevos cometidos de coordinación e impulso en las compañías, pero sin aumentar la plantilla de mandos y sin relevarlos de sus cometidos actuales. Lo más lógico parece aparcar estos inventos hasta que no se disponga de más plantilla de mandos y que cada puesto de trabajo realice sus tareas y no se haga a costa de reducir descansos y aumentar jornadas. No se trata de desvestir un santo para vestir otro, se trata de que al mismo santo le ponen dos vestidos.
ASESGC ha solicitado un aumento significativo de sargentos primeros, brigadas, subtenientes y cabos para el próximo ciclo de plantillas que comienza en 2025 para acometer esta reforma, mientras tanto debe quedar aparcada. Este aumento de plantilla debe permitir también crear la figura del suboficial adjunto a la compañía.
Resulta de Perogrullo llegar a la conclusión de que establecer nuevas tareas a los mandos con la misma plantilla de mandos solo puede hacerse a costa de reducir el descanso, aumentar la jornada y no computar la atención de incidencias del servicio fuera del horario de actividad.
Un paso atrás sin precedentes que retrotrae al comandante de puesto a condiciones de trabajo del siglo pasado y que ya parecían superadas por el avance que dio el Cuerpo en el año 2014 cuando acuciada por Europa instauro condiciones de trabajo dignas y acordes a la realidad social del siglo XXI.
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