Joel padecía esquizofrenia y recibió tres disparos por parte de un agente que alegó legítima defensa
Al lugar de los hechos llegaron dos patrullas, en una de ellas los dos acusados. Relata el escrito del juez de Teruel, en base a las diligencias y declaraciones de los implicados, que hasta en dos ocasiones intentaron mediar con Joel para que depusiese su aptitud. Sin embargo, el joven esgrimía los objetos punzantes diciendo «prefiero ir a la cárcel que al hospital. Si entra alguien lo mataré».
Los servicios sanitarios de la UME del Hospital de Alcañiz, formado por una doctora, el enfermero, un técnico y el conductor llegaron al lugar y, según recoge dicha sentencia, fueron recibidos con el lanzamiento de una lata que casi alcanza a uno de ellos, por parte de Joel. Participaron en las negociaciones; en una segunda ocasión llegaron a estar hasta 45 minutos intentando convencerle.
La Guardia Civil intentó hasta en dos ocasiones, recoge el texto judicial, reducir con porras extensibles y escudos al joven que estaba bajo el efecto de un severo brote psicótico, sin éxito. A partir de aquí, declaraciones de la familia que intentó colaborar y que explicó después que el chico no presentaba una amenaza real.
Finalmente, en el relato de los hechos se apunta que en un momento dado, Joel salió con un destornillador hacia un agente y éste, «tras verse acorralado y sin poder evitar la situación disparó su arma reglamentaria hasta en tres ocasiones, provocando finalmente la muerte del chico».
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