El Mando ocupa el cargo desde marzo de 2022, pero en las reuniones ya ha vetado a las Asociaciones Profesionales cualquier diálogo sobre la implantación de los turnos de trabajo, los descansos semanales, los permisos y las vacaciones. Este es nuestro posicionamiento
¿Es la finalidad de las Asociaciones Profesionales mejorar las condiciones profesionales de los Guardias Civiles? ¿Y las sociales y económicas? ¿Las Asociaciones Profesionales nacieron para mejorar el funcionamiento de la Guardia Civil? Estas son preguntas, capciosas o retóricas, que vienen a colación del mensaje que AUGC viene trasladando a los máximos responsables de la Dirección General de la Guardia Civil.
Los Jefes de Comandancia deben interiorizar, proyectar y dialogar con los representantes de las Asociaciones Profesionales para los fines que establece la Ley Orgánica 11/2007 de derechos y deberes, pero quedan muchos pasos por dar.
El último ejemplo de la falta de diálogo y de funcionamiento democrático que no debe imperar dentro de la Guardia Civil en las relaciones a nivel de Comandancia lo ha dado el teniente coronel Rafael Roldán, Jefe de la Comandancia de Cáceres. Lleva solamente unos meses en el cargo tras su nombramiento en marzo de 2022 y ya ha impuesto la exclusión de varios temas en la reunión con las Asociaciones Profesionales: Los legítimos representantes de los Guardias Civiles no pueden entablar un diálogo sobre la implantación de turnos de trabajo, tampoco quiere escuchar nada sobre los descansos semanales, los permisos o vacaciones. Según ha comunicado, la prohibición sobre esta última materia se debe a que se encuentra regulada en una norma, mientras que los turnos son “instrucciones relativas a la planificación y ejecución del servicio operativo”. Carece de lógica que todos estos asuntos se debatan en la Dirección General de la Guardia Civil y que el mismo trabajo no pueda tener continuidad en las Comandancias.
Sin lugar a duda, todavía existen mandos ejerciendo altas responsabilidades que deberían cambiar su mentalidad, relacionarse con el resto de la sociedad, aprender a dialogar y alcanzar acuerdos o saber escuchar a los representantes de las Asociaciones Profesionales. La Guardia Civil no será plenamente democrática mientras que este tipo de conductas se mantengan, adoptando como forma de trabajo la imposición en lugar de la convicción. Únicamente se pueden alcanzar acuerdos dialogando; es la vía para que la Guardia Civil sea una Institución plenamente democrática, mediante la adopción de unas pautas de buen gobierno.
Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles seguiremos trabajando en esta dirección como hacemos desde hace más de 25 años. Es un trabajo lento que conlleva gran esfuerzo, pero no vamos a retroceder. AUGC tiene muy claro que la Guardia Civil debe ser moderna, democrática y con derechos. Esperamos que comportamientos como los del Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Cáceres vayan quedando relegados al ostracismo para así dar paso a un verdadero diálogo que no sólo sirva para mejorar las condiciones profesionales, económicas y sociales de todos los Guardias Civiles, sino también por el progreso en el funcionamiento de la Institución. Lo contrario, sería no conocer la transformación que viene experimentando la Guardia Civil para adaptarse al siglo XXI.
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