El peso de los atestados ante un juicio debería requerir mayor profesionalización de los agentes.
Por culpa de un atestado de tráfico nefastamente realizado, el agente, y sin demostrarlo con una buena investigación, se indica como única causa un hecho imputable a mi padre.
Consecuencia: el seguro del vehículo considera a mi padre culpable, le niega la indemnización y él queda con trastorno de culpabilidad.
Al conductor contrario, un camionero que dio positivo en cocaína, se daba a la fuga pues no se detuvo hasta dos kilómetros después, y muy posiblemente se salió en la curva invadiendo el carril donde circulaba mi padre y por lo que se impactó, no se le requirió el tacógrafo, no se investigó el punto inicial de contacto donde había grupos ópticos rotos, las coordenadas no corresponden con el lugar, etcétera.
Una 'joya' de atestado que, desgraciadamente, por el peso que tiene ante la ley se ha convertido en un arma psicológica letal. Deberían re
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