«Tras intentar la mediación, un tiro a «ciegas» hirió mortalmente al teniente coronel Casado. Nos deja un hombre ejemplar»
Mientras pueda y me dejen yo sigo aquí», solía decir respecto a su entrega total a la UEI, pero como la agenda de nuestra vida está en manos de Dios, la del teniente coronel de la Guardia Civil Pedro Alfonso Casado se cerraba hace unos días, después de veintidós años de entrega absoluta a esta unidad de élite de la Guardia Civil, de la que era su jefe. Era lo que en el argot llaman un «operata» de toda la vida.
Desde de que, en 1998, salió de la Academia General Militar, su primer destino fue en los GAR y, un año después, en la UEI. En esta Unidad ha permanecido como capitán y comandante y, desde 2016, como teniente coronel al frente de la misma. Es infrecuente una carrera completa en el mismo destino, uno de los más exigentes de la Guardia Civil.
La UEI, con sede en Valdemoro, está especializada en secuestros, toma de rehenes, contraterrorismo, detención de criminales, especialmente violentos o peligrosos, motines y protección de personalidades. Recientemente ha estado desplegada en la cumbre de la OTAN, cuyo diseño lleva el sello del teniente coronel Casado.
Y, el pasado viernes, ante la situación creada en Santovenia del Pisuerga, con un asesinato y toma de rehenes, la UEI se desplazaba a esta localidad vallisoletana con su jefe al frente. Tras intentar la mediación, un tiro a «ciegas» hirió mortalmente al teniente coronel Casado.
Las redes sociales dejan constancia del fatal desenlace y sus compañeros manifiestan su pesar: «Era de los de sígueme y no de los de vamos», «Nos deja un hombre extrao
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