El suceso de Rincón de Victoria, en Málaga, evidencia la necesidad de dotación del instrumento inmovilizador. Sin embargo, la proporción de entrega del material será ínfima porque en el territorio se alzan más de 2.100 Puestos de la Guardia Civil y las requieren numerosas Unidades. La formación para su uso es una incógnita
La Jefatura de Asuntos Económicos de la Guardia Civil ha comprado 150 pistolas táser que repartirán entre “el personal de diversas Unidades” de toda España. El Departamento no comparte más información sobre qué Unidades serán las receptoras, pero resulta evidente que el material adquirido es más que insuficiente. No sólo porque en el territorio hay repartidos más de 2.100 Puestos de Seguridad Ciudadana, sino también porque las Unidades que las necesitan son cuantiosas: Los Grupos de Reserva y Seguridad, los Grupos de Acción Rápida, entre otras, en las que se incluyen las patrullas de Seguridad Ciudadana. Ellos son los encargados de intervenir ante las peticiones de auxilio que traslada la Sala del 062 y reciben un amplio abanico de avisos, como el acontecido esta semana en la localidad malagueña de Rincón de Victoria. Es un ejemplo del tipo de situaciones a las que se exponen y demuestra la necesidad de dotación de pistolas táser, con capacidad inmovilizadora y menos lesivas que el arma reglamentaria.
Para el correcto uso de este elemento de protección, es necesaria la formación y que la Dirección General de la Guardia Civil sea transparente e informe al respecto. No sólo se trata de emplear 454.929,75 € en la adquisición de las 150 táser -más dotación complementaria- y repartirlas entre “diversas Unidades”. La cuestión de los cursos habilitantes es una incógnita que debe despejarse. Según la documentación, la DGGC permitirá que la empresa adjudicataria de las pistolas sea la encargada de gestionar la formación, previa aprobación de la Dirección. Conocemos que se efectuará a través de dos cursos dirigidos al manejo de la pistola eléctrica, el registrador automático de eventos operativos y sus respectivos cargadores de batería, datos y aplicación informática para la gestión de dichos datos. Sin embargo, no sabemos cuándo se llevarán a cabo. Las dos formaciones, dirigidas únicamente a 25 miembros de la Guardia Civil, se podrían unificar en una sola.
El número de compañeros que recibirán los cursos es muy bajo; tampoco hay explicaciones del motivo. Es algo incomprensible, el trasfondo no sería económico. Según la documentación procedente de la Jefatura de los Servicios de Apoyo al Servicio de Armamento y Equipamiento Policial, los gastos de los cursos serán a cuenta de la empresa adjudicataria. La DGGC no tendría que preocuparse por el coste de la obtención de recursos materiales, de los abonos al profesorado ni de pagar por este servicio a una empresa acreditada.
La Policía Nacional ya está formando a monitores en el uso de pistolas táser, pero los Guardias Civiles ni sabemos cuándo tendremos los cursos. Sufrimos la falta de información y transparencia de la DGGC incluso sobre este aspecto fundamental. El Organismo debería tener mayor aperturismo, además de facilitar la formación a más monitores para que, posteriormente, impartan la instrucción habilitante que capacite a los agentes en el empleo, mantenimiento y conservación del arma, que es menos lesiva. El tema de los adiestramientos es de gran importancia, pero los altos mandos de la DGGC y la Directora General, María Gámez, no lo consideran relevante.
Recordamos que, hace varios años, se adquirieron miles de defensas extensibles y todavía hay un alto porcentaje de Guardias Civiles que no han tenido acceso al curso. No sólo se debe a la pandemia, también es por el escaso interés que tienen los altos mandos hacia la formación policial y la enseñanza. Si llevamos años esperando a que la totalidad del personal operativo reciba la formación en defensa extensible, no imaginamos cuáles serán los tiempos para acceder a la correspondiente para usar las 150 pistolas táser. Fácilmente podrán pasar años.
La dotación del material necesario y de la formación correspondiente no puede esperar más. Ante sucesos como el de Rincón de Victoria, debemos defender nuestra vida e integridad física. Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles llevamos tiempo alertando del aumento de agresiones y amenazas que sufrimos. Seguimos sin suficientes fundas anti-hurto, estamos sin chalecos antibalas para todos, no tenemos linternas de cinto unipersonales ni escudos invertidos para la contención e inmovilización de personas agresivas. Y el listado es más amplio. Faltan escudos balísticos en las Unidades territoriales, cascos, desfibriladores, armas largas modernas y sprays de defensa unipersonal. La calle de hoy en día no es lo que era hace años y la Dirección General debe actualizarse, actualizar el material, y estar a la altura de las circunstancias.
Las pistolas táser que ha adquirido la Jefatura de Asuntos Económicos de la Guardia Civil -por más de 3.000 € cada una- son un complemento al arma reglamentaria. Por muy caras que sean con todos sus elementos. Valoramos positivamente que la Dirección General de la Guardia Civil haya escuchado la reivindicación de AUGC sobre estos instrumentos de inmovilización, pero son insuficientes y no se debe olvidar la formación para su uso e informar al respecto. Puede resultar vital efectuar correcta y rápidamente la transición de la táser al arma de fuego, de ahí la importancia del adiestramiento.
Las situaciones que exponemos nos lleva a plantearnos si desde la Dirección realmente valoran el trabajo de las patrullas de Seguridad Ciudadana. En ciertas intervenciones se juegan la vida o su integridad física. Lo que vivimos es indigno de un Cuerpo policial estatal de un país europeo. Y ahora, después de años esperando, llegan 150 táser para el “personal de diversas Unidades”. A repartir entre los 2.100 Puestos de Seguridad Ciudadana de toda España. Ni al 10% llegará este material ni sabemos detalles sobre los cursos para el empleo, mantenimiento y conservación del arma.
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