Artículo de Juan García Montalbán, secretario general provincial de AUGC Murcia, sobre la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana.
"Malos tiempos para la lírica", que diría la canción ochentera, pues sí, son ‘malos tiempos’ para ser policía o guardia civil. Son malos tiempos por muchas razones, por la falta de plantillas, de vehículos o de material, por el aumento de la delincuencia y de nuevos delitos cada vez más graves y difíciles de investigar, desde el narcotráfico en el Campo de Gibraltar hasta los delitos tecnológicos, por el aumento de la conflictividad social, desde las manifestaciones independentistas hasta los macrobotellones post-covid. Pero sobre todo ‘malos tiempos’ para ejercer nuestra función y obligaciones con la autoridad debida y consecuentemente con la seguridad necesaria para guardias civiles y policías.
Ahora guardias civiles y policías nos encontramos con el trámite parlamentario de la Proposición de Ley de reforma de la Ley Orgánica 4/2015 de Protección de la Seguridad Ciudadana. Y no porque no sea necesaria u oportuna realizarla, máxime cuando fue tan controvertida su promulgación, sino porque la seguridad ciudadana no debería llevarse al ring del combate político, no debe jugarse con la seguridad de los ciudadanos y de aquellos que deben ejercer su protección, es decir, de policías y guardias civiles.
No seré yo quien diga que las leyes no deben modificarse, claro que sí, toda ley debería estar en constante adaptación a la sociedad a la que pretende servir, pero nunca para empeorarla o retroceder en derechos. Y digo retroceder porque algunos de los artículos que se pretenden reformar perjudican gravemente a la seguridad ciudadana y a los garantes de la misma e incluso los pone en grave peligro.
PUEDES LEER AQUÍ EL ARTÍCULO COMPLETO, PUBLICADO EN 'LA OPINIÓN DE MURCIA'
https://www.augc.org/actualidad/quiebra-principio-autoridad_21079_102.html
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