Los guardias civiles de La Palma, y de otras islas de Canarias, están volcados en la labor para ayudar en las labores que eviten pérdidas humanas por la erupción del volcán.
MARIA JOSE PINTOR
Mientras hacen turnos de hasta 18 horas y tratan de ayudar en lo que pueden a familias que han perdido todos sus bienes materiales, sufren también por los compañeros de la Benemérita que están a punto de perder sus propias viviendas.
Fuentes desplazadas a la zona de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) hablan con Diario16 y reconocen que está funcionado la colaboración entre instituciones y que, antes de que se efectuara el desastre, había un plan de evacuación y actuación. «Nosotros habíamos tenido varias reuniones en la forma de proceder», confirma uno de los agentes a nuestro medio. Pero aún así, «aunque había esos protocolos, al principio estábamos todos un poco desbordados. Ha sido necesario desplazar a efectivos de la Guardia Civil desde Tenerife y otras zonas de las islas», explican.
Sacrificio brutal
Las personas que están trabajando sobre el terreno hacen un «sacrificio brutal porque la situación aquí es muy complicada». Se trata, se
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