Madrid, 19 ago (EFE).- Decepción, tristeza, frustración. Es lo que siente el teniente coronel de la Guardia Civil Ramón Clemente después de ese paso atrás que ha dado Afganistán, después de que todo lo que se había avanzado se haya desmoronado tan rápidamente. Tenían preparación y medios suficientes para aguantar el envite, asegura.
"Te duele, te frustra, te decepciona que no hayan sido capaces de aguantar el envite", dice a Efe este mando del instituto armado que en 2013, y durante seis meses, formó parte del contingente español que asesoraba policial y militarmente a las fuerzas de seguridad y al Ejército afganos.
Clemente no deja de preguntarse cómo en tan poco tiempo la insurgencia, los talibán, han conseguido hacerse con todo. Porque el otro Afganistán, el que dejaron en 2013, tenía "instrucción, armamento y adiestramiento para poder haber aguantado sin problema".
¿Qué ha pasado? Es difícil dar una única respuesta pero el teniente coronel resume así una de ellas: "Hay un arma poderosísima, que es la moral y la voluntad de vencer"; "si no hay alguien
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