No registró en la base de datos la comparecencia que la madre hizo el 27 de abril, en la que advertía de que su expareja se quería llevar a las niñas.
La Guardia Civil ha abierto una investigación interna para tratar de averiguar si hubo errores en la actuación de un agente tras la desaparición de Anna y Olivia en Tenerife.
Esta información reservada, según publica Abc, tratará de aclarar por qué un guardia civil no dio parte de la conversación telefónica que mantuvieron la madre de las niñas, Beatriz Zimmermann, y su expareja, Tomás Gimeno, entre las 22:30 y las 22.40 horas del 27 de abril, en la que este le aseguraba que no volvería a ver jamás a Anna y Olivia.
Beatriz realizó las dos últimas llamadas a su expareja desde el puesto de la Guardia Civil de Raduán (Tenerife). Activó el manos libres y el agente fue testigo de cómo el filicida aseguraba que se llevaría a las niñas y que su madre jamás las volvería a ver. El guardia civil trató de convencerlo sin éxito y le advirtió de que podía estar cometiendo un delito. A lo que él respondió que "eran sus hijas y podía hacer lo que le diese la gana".
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