La sucesión de casos de trastornos trombóticos en los últimos días en personas que han recibido la vacuna de AstraZeneca, entre las que se encuentran los colectivos de policía y guardias civiles, principalmente, ha hecho saltar la alarma.
Las organizaciones sindicales de estos gremios han exigido a los Ministerios del Interior y de Sanidad explicaciones sobre los efectos secundarios y el número de agentes que han recibido dosis, sobre todo del lote que ha sido retirado en media Europa
Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, a través de sus sindicatos, llevan toda la semana pidiendo ser informados sobre los efectos de la vacuna AstraZeneca que les ha sido administrada a policías y guardias civiles junto a otros colectivos como los docentes y los bomberos. Al cierre de esta edición, se conocía a través de medios locales que dos policías de Cádiz vacunados el pasado 8 de marzo, han tenido que acudir a urgencias por trastornos circulatorios.
Sus sospechas por la elección de esta vacuna para protegerles contra la COVID-19 comenzaron a hacerse públicas el pasado mes de febrero, ya que, al riesgo de efectos secundarios, se puso en cuestión su efectividad, por debajo del 70%, según explicó la OMS en su día, y con una inmunidad menor frente a las nuevas cepas del coronavirus, como así lo recogía el sindicato de policía JUPOL en un comunicado emitido en esas fechas. El mismo sindicato que este martes instaba a que, tanto el ministerio del Interior como la Dirección General de la Policía, dieran respuesta a las dudas surgidas entre el personal respecto a este asunto.
La situación está causando gran inquietud a estos profesionales que han recibido la primera dosis, sobre todo, entre aquellos que han sido inoculados con vacunas pertenecientes al lote defectuoso ABV5300 retirado en diversos países, y últimamente, también en España. De tal forma
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