Una guerra soterrada entre los especialistas en extranjería de la Policía Nacional y sus homólogos en la Guardia Civil ha puesto en peligro las operaciones que la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) tiene en España.
La semana pasada, un cruce de correos electrónicos entre las tres instituciones y el Ministerio del Interior puso en solfa la renovación de la operación Canarias, la última que ha puesto en marcha Frontex en el país que viene a reforzar la lucha contra la inmigración irregular en las islas.
Durante varios días las misiones en España estuvieron en 'stand by' por este motivo. Frontex dio un ultimátum al Gobierno y paralizó las operaciones hasta que el Ministerio del Interior arreglara el problema institucional, que básicamente tenía relación con los recelos competenciales de ambos cuerpos de seguridad. La Policía Nacional es la competente en materia de extranjería, asilo, extradición y refugio, de ahí que inicialmente sea la que ejerce en la práctica como delegación de la agencia europea. La Guardia Civil, por su parte, sin embargo, trata de meter cuchara en este terreno, que en los próximos meses tendrá un enorme crecimiento y conllevara la entrada de cientos de agentes en Frontex, también oficiales y altos mandos.
La decisión del organismo de mantener en situación de suspenso temporal la continuidad de las misiones provocó que una veintena de policías que llegaron la semana pasada a Canarias para hacer el relevo a los que estaban allí destinados y poner en marcha una nueva operación de Frontex tuvieran que cruzarse de brazos hasta que se solucionara el contratiempo. Las islas son en estos momentos el principal foco de atención de la Unión Europea en asuntos de inmigración. Durante los últimos meses, han entrado a través de este territorio miles de inmigrantes en la mayor crisis de la última década y representa el punto más sensible del continente.
Desde el Ministerio del Interior explicaron la semana pasada que el problema era simplemente de índole administrativo. En concreto, detallaron, se refería a apenas "una palabra" que está en discusión en el marco del mencionado plan operativo, que tiene una extensión de 80 páginas. Son simples "flecos", aseguraron desde el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska, que prevé que el programa esté aprobado "en tiempo y forma". Frontex, añadieronn desde el Ministerio, ha puesto pegas también a otros países en el mismo sentido.
Otras fuentes, sin embargo, explican que el motivo de que Frontex haya tomado esta decisión radica en el citado desacuerdo que existe entre los responsables de la Policía Nacional competentes para desarrollar asuntos de extranjería y sus homólogos de la Guardia Civil. El desencuentro provocó un conflicto diplomático a nivel internacional que arroja una imagen nada positiva para el ministro del Interior,
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