El instituto armado pretendía adquirir en régimen de arrendamiento estos vehículos para servicios camuflados para las unidades de escolta, investigación, información y apoyo
Un contrato fallido ha dejado a la Guardia Civil sin una dotación de 1.000 coches camuflados. La Dirección General de la Guardia Civil pretendía adquirir en régimen de arrendamiento por un periodo de cuatro años estos vehículos para las unidades de escolta, investigación, información y apoyo. Esta compra era tan importante que tuvo que autorizarse a través del Consejo de Ministros, el 29 de noviembre de 2019, por un valor de 18.852.000 euros.
El contrato se licitó el 21 de septiembre de este año y los 1.000 vehículos se iban a distribuir por 54 comandancias de la Guardia Civil, repartidas por todo el territorio español. Fue fallido porque ninguna empresa presentó su oferta, declarándose el concurso público desierto.
Principalmente, el modelo de coche que iba a predominar era la berlina, ya que, como señala el propio contrato al que ha accedido este medio, es un vehículo con altas prestaciones mecánicas y de seguridad, así como de tamaño, para ser utilizado por unidades dedicadas a la protección de altas personalidades. Este modelo se suele utilizar generalmente en caravanas oficiales, de la Casa Real, Presidencia del Gobierno y autoridades extranjeras,
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