Desde este año, el vehículo patrulla vigila las carreteras gallegas para perseguir el uso del móvil y la no utilización del cinturón, pero también adelantamientos antirreglamentarios
Multas de alto tonelaje. En 2018, las carreteras gallegas fueron escenario de los primeros recorridos en pruebas del camión camuflado de Tráfico para vigilar las distracciones al volante. Dos años después de estrenarse, ya son dos los vehículos de este tipo que recorren autopistas, autovías y carreteras convencionales para penalizar el uso del móvil, la no utilización del cinturón de seguridad o de las sillas de retención infantil, pero también adelantamientos antirreglamentarios. Cada mes, el camión de la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia recorre entre 4.000 y 5.000 kilómetros —una media de 250 km cada día— y en cada ruta diaria detecta entre 15 y 20 infracciones graves. “Su altura da una visión perfecta del interior del vehículo [sometido a control] y no deja lugar a dudas”, advierte Héctor Teixeira, guardia civil del Sector de Tráfico en Galicia.
Por tierra y por aire, Tráfico refuerza con cada vez más medios el control de las carreteras. Al factor sorpresa que hace años causó la llegada del helicóptero Pegasus a la base de Alvedro, provisto también con radar, se sumaron los camiones y furgonetas camuflados que a pie de vía persiguen el comportamiento que más víctimas deja en el asfalto: las distracciones, en su mayoría por contestar a una llamada o a un mensaje de texto. Detrás de uno de cada tres accidentes mortales ocurridos en la red viaria gallega está un despiste.
Fue desde el Sector de Tráfico de donde partió la propuesta de “innovar” en la vigilancia con “vehículos de altura” para comprobar qué hace el conductor dentro del habitáculo. “Detectar distracciones al volante era y es una prioridad. De hablar por teléfono durante la conducción se ha pasado a enviar correos, mensajes de texto... Y esto ya no se hace con el dispositivo a la vista. Con los vehículos patrulla convencionales sabíamos que algo hacían pero no el qué”, relata Teixeira. De ahí la propuesta lanzada: vehículos de altura.
Autopistas, autovías y carreteras convencionales. Ninguna carretera se escapa al control del camión de la Agrupación, aunque su prioridad son los tramos con mayor siniestralidad, principalmente en la red secundaria. En Galicia, este tipo de vías concentran ya el 90% de todos los accidentes de tráfico mortales.
El perfil infractor que más repite es el de un conductor que trabaja al volante ya que pasa más horas en carretera y las prisas por llegar a destino y los despistes suelen ser más frecuentes.
¿Cómo trabajan los agentes desde un vehículo de alto tonelaje? Siempre circula con una o dos patrulla de apoyo, que son las encargadas de parar y notificar la infracción detectada por los efectivos que van en el camión. Se hacen vigilancias dinámicas, es decir, circulando ambos vehículos; pero también estáticas. El camión detecta el despiste o conducta antirreglamentaria, como un adelantamiento indebido, y las patrullas estacionadas son las encargadas de parar y notificarla infracción cometida. Esta, es la única “dificultad” con la que se encuentra el vehículo de alto tonelaje en su servicio: que por sus grandes dimensiones no intercepta al conductor infractor por sus grandes dimensiones.
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