El Sector de Tráfico en Galicia dispone de 11 vehículos con matrículas civiles provistos de dispositivos de control de velocidad u Agotada su vida útil, en tres años, no se renovarán
de noviembre—, ahora se empezarán a aparcar los coches camuflados provistos de radar una vez agoten su vida útil. La idea es que la Guardia Civil de Tráfico sustituya toda su flota de vehículos de distintas marcas y colores con matrículas civiles provistos de aparatos de control de velocidad por patrullas con los radares visibles. En Galicia serán un total de 11 los coches camuflados que en un plazo de dos a tres años dejarán de operar en las carreteras de la comunidad.
La ubicación de un radar se fija en función de los tramos de riesgo de velocidad, en los esta es el factor concurrente de una salida de vía o de una colisión, por lo que esos puntos son sometidos a un plan especial de vigilancia para lograr revertir esta situación. Pero los cinemómetros móviles también se colocan en zonas en las que, pese a no registrarse siniestros por rebasar los límites,, se quiere mantener la seguridad “a modo de prevención” con la presencia de las patrullas o los coches camuflados. Un ejemplo son los controles en la AC-14 de acceso a la ciudad de A Coruña, una vía nueva de varios carriles en los que el cinemómetro opera de manera habitual con el objetivo de evitar que se convierta otro punto negro más.
A los agentes del Sector de Tráfico en Galicia les llama la atención el elevado número de infractores detectados en la A-55, entre Vigo y Mos, uno de las carreteras que concentra más flashes de los radares de toda España. “Pese a que hay dos radares fijos y se colocan los móviles, se detectan a diario conductores que se saltan los límites de velocidad; no es un despiste, se trata de gente que no respeta ya que usa a diario esa vía, el 80% del tráfico en esa carretera es local”,
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