Un detenido en Barcelona en una operación antidroga se declara admirador de los cuerpos y fuerzas de seguridad y solo dispone en casa de protectores bucales de esas instituciones armadas
ENRIQUE FIGUEREDO, BARCELONA
Una operación antidroga en el distrito barcelonés de Nou Barris derivó, por lo inusual de las circunstancias de un arresto, en una astracanada. Uno de los detenidos solo tenía mascarillas de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, cuerpos de los que comentó que era admirador, para cumplir con las medidas contra el coronavirus. “¿Agente, qué mascarilla me pongo, la de la Guardia Civil o la de la Policía?”, preguntó el traficante.
Siguiendo el protocolo anti covid, los agentes de la Guardia Civil y de la Guardia Urbana que pilotaban la operación, pidieron al hombre que acababan de detener en su domicilio que se pusiera una mascarilla y que si no disponía se le entregaría una que portaban los agentes. Fue en ese momento cuando descubrieron que el fondo de armario del traficante en esa materia era muy limitado. O una mascarilla de la Guardia Civil o una de la Policía Nacional.
-Entonces, ¿cuál me pongo?
Superada la sorpresa inicial, el guardia civil que más rápido se repuso de la chocante constatación, y guardando una apariencia de máxima seriedad, le contestó, según explican fuentes del caso, así:
-Ya que hemos venido nosotros a detenerle, mejor póngase la nuestra, ¿no le parece?
No hubo más que hablar. El arrestado, un varón español de 50 años de edad, se aplicó el ahora común apósito facial y brindo sus manos para que le colocaran las esposas. Fuentes del caso aseguran que su comportamiento en todo momento “fue exquisito, sin olvidar que es alguien dedicado al tráfico de drogas”.
El arrestado ha frecuentado durante años la prisión y calabozos de muchas comisarías y cuarteles
El detenido, con un largo historial de antecedentes, se ha pasado más de 15 años entrando y saliendo de cárceles y calabozos. Quizá es por ello que su opinión haya sido tomada más en cuenta que en otras ocasiones entre los miembros de la investigación cuando el arrestado se dirigió a ellos para elogiar la habitabilidad de las celdas de las instalaciones de la Guardia Civil de la travesera de Gràcia de Barcelona, donde estaba confinado.
“Incluso llegó a decir que las mantas olían muy bien”, explica una fuente del instituto armado conocedora de estos episodios laudatorios del detenido.
En la operación policial, se detuvo a cinco personas y se intervinieron cinco kilos de cocaína, 100 pastillas de éxtasis, 400 gramos de marihuana procesada, 100 dosis de cristal, una pistola detonadora de 9 mm y 46 cartuchos. Los agentes t.........LEER MÁS
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