La Familia Real al completo, encabeza por el rey Felipe VI, preside este lunes el acto central de la Fiesta Nacional, que este año ha quedado menguada por la amenaza que supone la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de coronavirus.
Previsores ante la situación, el Ministerio de Defensa y Casa Real comenzaron a preparar desde principios de verano un acto alternativo a los fastos habituales de esta conmemoración.
El primer cambio fundamental es el escenario. No se va a celebrar en ninguna de las grandes avenidas de Madrid, sino en un lugar de dimensiones mucho más reducidas: el patio de la Armería del Palacio Real. Tampoco podrá ser disfrutado en directo por decenas de miles de ciudadanos, como ha pasado siempre. Solo unos pocos centenares podrán verlo a través del rejado del palacio desde la plaza de la Armería.
Los más de 4.500 efectivos terrestres que participan de forma habitual en el desfile terrestre se verán reducidos a menos de 600. Sólo participarán unidades de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil con base en Madrid, a excepción de la Legión, que celebra el centenario de su creación. También estarán presentes Policía Nacional, Protección Civil, el Cuerpo de Agentes Forestales,
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