El sargento que fuera comandante de puesto en Pancorbo y Treviño llegó a investigar por su cuenta los antecedentes de prostitutas
Un sargento de la Guardia Civil ha sido sancionado con la pérdida de destino, el castigo mas severo previsto por el reglamento delInstitutoArmado para las faltas graves contempladas en la ley, por ayudar a eludir las obligaciones del control de hospedaje al dueño del club de alterne Las Palmeras de Pancorbo durante muchos meses e investigar los antecedentes policiales de varias de las mujeres que allí ejercían la prostitución «en situación ajena a ningún procedimiento oficial», según las conclusiones del expediente disciplinario, ratificadas por el Tribunal Militar Central.
La sentencia confirma el correctivo impuesto por el director general de la GuardiaCivil el 2 de agosto de 2018, como autor de una falta grave del apartado 34 del artículo 8 -‘eludir la tramitación o resolución de cualquier asunto profesional u omitir conscientemente una actuación a la que venga obligado por su función, destino o cargo’- de l Ley Orgánica delRégimen Disciplinario de la GuardiaCivil.
El sargento fue comandante del Puesto de Pancorbo entre el 24 de noviembre de 2013 y el 6 de marzo de 2016, para después pasar a desempeñar esa misma labor en Treviño, dentro de Burgos pero afecto a la Comandancia de la Guardia Civil de Álava.
Según da por probado la sentencia, entre marzo y diciembre de 2016 selló personalmente 49 partes de hospedaje de ese hostal, todos ellos referidos «a mujeres, la gran mayoría extranjeras, que ejercían prostitución» allí. El dueño del establecimiento o alguien por encargo le entregaba la documentación al sargento, que los sellaba y se los devolvía, bien a través de terceros, bien personalmente, «sin dar de alta en aplicación oficial alguna» dicha documentación. Según el dueño del club, aquel se ofreció a «recoger los partes y sellárselos».
Según da por probado la sentencia, entre marzo y diciembre de 2016 selló personalmente 49 partes de hospedaje de ese hostal, todos ellos referidos «a mujeres, la gran mayoría extranjeras, que ejercían prostitución» allí. El dueño del establecimiento o alguien por encargo le entregaba la documentación al sargento, que los sellaba y se los devolvía, bien a través de terceros, bien personalmente, «sin dar de alta en aplicación oficial alguna» dicha documentación. Según el dueño del club, aquel se ofreció a «recoger los partes y sellárselos».
La alarma no saltó hasta el 17 de abril, cuando la aplicación de hospedajes envió un correo electrónico al Puesto de Pancorbo para informar que el parte de viajeros de Las Palmeras no se había insertado desde febrero de 2015. A partir de ahí, se inició una investigación interna y posterior un expediente disciplinario, al confirma que el sargento «actuó en manera contraria a lo que estaba obligado, realizó acciones que no debía -validar con el sello del Puesto de Treviño los partes de hospedaje que debían haberlo sido por el Puesto de Pancorbo-, e incumplió obligaciones que debía, -incluir los partes en el sistema general de control-, bien personalmente bien a través de comunicarlo al Puesto de Pancorbo-. En definitiva el descontrol sobre el Hostal Las Palmeras entre el 28 de marzo y el 29 de diciembre del mismo año, se debió a la conducta que observó» este suboficial.
(Más información, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)
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