El Tribunal Militar admite sus dudas de que el acelerón provocase una avería, por lo que descarta la comisión de una falta grave, pero sí leve
El Tribunal Militar ha reducido de 20 a cuatro días la suspensión de funciones de un agente de la Guardia Civil del puesto de Sant Antoni por «la aceleración brusca, revolucionando excesivamente el motor de un vehículo oficial», que acabó averiado. Los hechos se remontan a junio de 2016. El agente, al ir a incorporarse a la carretera tras un servicio en Camí des Fornàs, aceleró bruscamente y no pudo meter la tercera marcha al averiarse el coche, con 249.000 kilómetros. Horas antes se había estropeado el aire acondicionado.
El expediente disiciplinario concluyó que el agente había cometido una falta grave al causar «un grave daño» sobre el vehículo oficial por «negligencia inexcusable». El guardia civil recurrió.
A tenor de las explicaciones de un testigo-perito, el tribunal admite sus dudas de que el acelerón provocase la avería, por lo que descarta la comisión de una falta grave, pero sí leve. La sentencia aprecia «intencionada» la aceleración brusca, «conducta que en la vía pública supone una transgresión de la normativa de Tráfico, que si es inadmisible en general, lo es en grado muy superior en el caso de un miembro de la Guardia Civil, máxime a bordo de un coche oficial y en el curso de un servicio de seguridad ciudadana». Por ello, le impone «la suspensión de funciones en la máxima extensión por una falta leve».
https://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2018/07/30/reducen-suspension-guardia-civil-aceleracion/1004779.html
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