La Salomon Ultra Pirineu es una prestigiosa carrera de montaña. La organizan grandes profesionales y voluntarios que aman este deporte y es posible gracias al patrocinio de Salomon, una compañía líder mundial en equipamiento de 'trail' y deportes de invierno, que también apoya a un equipo de corredores de primer nivel, entre los que se encuentra Kilian Jornet.
Este sábado, a las siete de la mañana, comenzó la prueba en el Parque Natural del Cadí Moixero —un paraje excepcional del Pirineo catalán—, que terminó con el paso del último clasificado 29 horas y 17 minutos después. Un deportista con un palmarés inapelable (campeón del mundo de Trail IAAF y campeón de Europa de Ultras en 2017; campeón del mundo de Trail 2016; campeón Copa del Mundo de Ultras 2015; campeón del mundo de Ultras 2014, entre otros muchos éxitos deportivos) entró en séptima posición después de padecer todo tipo de sufrimientos en la carrera, como consecuencia de un recurrente dolor de rodilla. Este deportista se llama Luis Alberto Hernando y ese séptimo puesto le aseguraba ser de nuevo campeón del mundo de Ultras.
Luís Alberto es un guardia civil de montaña, un 'super greiman'. El Confidencial conversó con él horas antes de la prueba y quedamos comprometidos en dedicar su nuevo Campeonato del Mundo de Carreras por Montaña a todos los guardias civiles que defienden nuestra libertad y convivencia, especialmente estos días en Cataluña. Así lo hacemos. Sucede que Luis Alberto, una persona que nos decía sentirse cada vez más orgulloso de ser guardia civil, publicó una foto en Facebook con su uniforme de trabajo, el que viste para salvar a la gente en la montaña, con un mensaje: “Cumplo 40 años, me siento más viejo y más verde que nunca”.
El sufrimiento de Luis Alberto durante la Ultra Pirineu no fue solo físico, también moral, por algunos sorprendentes insultos que recibió. Su 'pecado' era ser guardia civil.
Los organizadores de la carrera, en especial su principal patrocinador, no son en absoluto responsables de estos sucesos. Pero sí lo son de dar cobijo —quizá por miedo, quizá por complicidad— a aquellos que han usado y abusado de las instalaciones de la Ultra Pirineu para hacer propaganda política y acosar a un deportista en plena acción. Esto no es deporte.
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